Una sorprendente estadística señala que más del 90 por ciento de los robos en DF quedan impunes

La realidad es difícil de digerir cuando las cifras son tan claras, en DF un tercio de los delitos que se comenten se refieren a atentados contra el patrimonio y el 92 por ciento de todos ellos quedan impunes. No es de extrañar que, ante estos datos, tanto los delincuentes como los agredidos consideren que los robos de vehículos o domiciliarios les salen gratis a quienes los cometen, lo que explicaría el incesante incremente de estos actos en la capital federal.

La primera explicación a esta falta de castigo es que los delitos patrimoniales no son perseguidos de oficio, por lo que su denuncia y reclamación legal queda en manos de unos particulares que, en muchos casos, están sufriendo la consecuencias psicológicas traumáticas que acompañan a estas vivencias y que, además, muestran desconfianza sobre las decisiones judiciales. En muchos casos, las víctimas de estos robos patrimoniales también están marcadas por el temor a represalias por parte de los delincuentes denunciados.

Un último aspecto viene a influir en esta desastrosa estadística sobre la enorme impunidad  legal que se produce en México frente a los delitos de robo, la saturación de trabajo que sufren los ministerios públicos que lleva a la ralentización de las investigaciones sobre estos casos.

Sin embargo, es necesario empezar a tomar medidas para acabar con este círculo vicioso que permite que la inmensa mayoría de los delincuentes por robo en DF sean reincidentes, que en el mejor de los casos, cuando llegan a juicio, son liberados tras el pago de fianzas de poca cuantía.