El Derecho Penal como herramienta de control de la paz social

El objetivo del Derecho Penal es muy claro, marca cuáles son los delitos y regula el castigo que le corresponde a cada uno de ellos. Es probablemente la rama de Derecho que más claramente entiende el ciudadano, por ese establecimiento casi inmediato de las penas según el tipo de delito que se haya cometido.

En general, el Derecho surge para regular las relaciones entre todos los individuos que forman parte de una sociedad, por lo que es evidente que trata de ejercer un determinado control para que no se produzcan abusos o desmanes en el seno de la sociedad.

El Derecho Penal se convierte así en una herramienta esencial para el mantenimiento de la paz social. Proporciona una autoridad a la que todos están igualmente sometidos, mediante el obligatorio cumplimiento de esas normas comúnmente aceptadas.

Pero, además, el Derecho Penal se dota de los elementos precisos para poder ejercer ese control, mediante una fuerza legal. Así, permite que el Estado actúe en la lucha contra la comisión de delitos por dos vías. En el sentido de la prevención, tomando las medidas de seguridad que se precisen. Por otro, El Derecho Penal permite que se castigue a quienes cometen cualquier delito, con el establecimiento de las penas correspondientes, todas ellas suponiendo una restricción de los derechos del condenado.

El Derecho Penal ha sufrido una evolución hasta llegar a la formulación actual que, como en otras ramas legales, tiene origen en la etapa romana, donde se superan conceptos mucho menos justos y equilibrados del Derecho Penal.

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